miércoles, 20 de agosto de 2014

Amor

Siempre pienso que no es fácil definir qué es el amor, que cada persona lo ve y lo siente de una manera, diferente, pero no por eso es mejor ni peor, simplemente diferente

Hoy una compañera me ha enseñado el regalo que le ha hecho su marido, por sus 25 años juntos, me ha explicado la sorpresa que le había preparado, para pasar dos días preciosos. Ver ese brillo en sus ojos, me ha hecho recordar cómo me gustaba sentir esa felicidad, pero también que hace mucho que no siento esa ilusión por nadie. -Que me encantaría estar a tu lado toda la vida, pero que ni siquiera sé si sería capaz de pasar todo un día contigo sin pensar que necesito mi espacio.- Mientras ella me explicaba lo bonito que había sido todo, yo pensaba en ti, pensaba en mi...y le he dicho lo que pensaba: No me veo capaz de compartir mi vida con nadie tanto tiempo. ¿Cómo lo hacéis? - Ella me ha contestado algo, que me ha encantado:

Es muy difícil mantener una relación tantos años, lo importante es saber que tu tienes una vida, la otra persona otra, son vidas paralelas pero anexas, que comparten una gran parte, pero siempre con libertad y cada uno con sus cosas, su espacio. 

Me encanta esa definición. 

"Vidas paralelas, pero anexas" me quedo con eso, yo quiero eso. Quiero mi vida, pero quiero compartirla contigo, compartir mis buenos y malos momentos, pero siempre respetando el espacio, los gustos, el tiempo y todo lo que necesite el otro. Puede que duremos juntos un día, tres meses, 30 años o toda una vida, pero si tú quieres, podemos intentarlo. No te pido nada más que cuidarnos mutuamente, respetarnos y ser sinceros. Creo que sólo con eso tendríamos una bonita relación.

Hoy me quedo con esa sensación de felicidad, esa envidia que me ha hecho sentir las palabras de mi compañera, envidia buena, sana, porque creo que no hay nada más bonito que ver feliz a alguien que siempre tiene una sonrisa y una buena palabra para ti. 


Y como ella siempre me dice...

*¿Para qué voy a preocuparme por un problema?
Si tiene solución, no es un problema. Lo soluciono; y si no la tiene, tampoco es un problema, lo dejo pasar.*


Gracias y mil gracias P, creo que desde que te conozco mis días son más positivos y eso, me encanta.

lunes, 11 de agosto de 2014

Sin saber por qué...

Es verdad que muchas veces decimos eso de "esta canción me recuerda a ese momento de mi vida", y es totalmente cierto, que hay canciones, paisajes, olores...que nos recuerdan a ciertos momentos de nuestro pasado, a ciertas personas de nuestra vida. Pues eso es lo que me sucede con la nueva canción de Vanesa Martín "Sin saber por qué", me recuerda tanto a ti, a mi, a nosotros. 

¡Qué curiosa la vida! Siempre he encontrado una canción para describir nuestras historias que tanto se interrumpen, que tantas y tantas veces dejamos para volver a retomar, de mejor o peor manera, pero siempre sin saber por qué...

Parece que todos lo ven y yo sigo ahí, 
sin saber por qué...
excusándote, excusándome...
y yo sigo ahí, sin saber por qué...
sin tener por que.

Mis amigos ya no se sorprenden de nada cuando les cuento que te he vuelto a ver, que hemos vuelto a quedar y que ha sido tan bonito como siempre, o incluso mejor que la última vez. Siempre es mejor. Aunque también es verdad, que cuando les digo que hemos vuelto a discutir y que nos hemos dicho de todo lo malo, lo peor. En ese momento, ellos tampoco se sorprenden. Ya saben como es nuestra peculiar relación, que eso del amor-odio entre dos personas, existe, y somos nosotros. Nosotros que somos capaces de sacar lo mejor del otro, ese lado más humano, el más tierno, el más bonito...pero que al mismo tiempo, somos capaces de sacar de lo malo, lo peor. Toda la rabia, todo el mal humor, todo eso que nunca serías capaz de decirle a nadie, tú y yo, somos capaces de decírnoslo el uno al otro, mirándonos a los ojos y diciendo que esa será la última vez que nos volveremos a ver. Pero sabemos que no es cierto. 

Recuerdo el último día que eso nos sucedió, te eché de mi casa, de mi cama, de mi vida...te repetí una y mil veces, que te odiaba, que eras la peor persona que nunca había conocido y que no volveríamos a hablar nunca más. Sabes que no lo sentía, pero en ese momento sólo me dijiste: "no me digas eso mirándome, porque puedo sentir tu odio y no me gusta". Aún así, aguanté con mi orgullo, mi soberbia, mi prepotencia. Quería demostrarte que no eras tan importante en mi vida como tú creías...me estaba engañando a mi, y te estaba haciendo daño a ti. 

Después de eso, nos volvimos a hablar al día siguiente, como si nada. Volvimos a tener nuestras conversaciones de cuanto hemos cambiado, aunque la esencia es la misma. Fuiste uno de los primeros en felicitarme por mi cumpleaños con una de esas frases que tan poco me gustan si me las dice cualquiera, pero que me saca una sonrisa tonta y enorme si me lo dices tú. Y otra vez, todo vuelve a empezar: los mensajes a media noche; los comentarios absurdos; el recordatorio que tenemos que quedar; las conversaciones sobre nuestros trabajos; las vacaciones que nos gustaría hacer juntos; las novedades que debemos contarnos en persona. Tantas cosas que sin saber por qué...hacemos a medias. 

Podría pasarme días, semanas, meses, años...escribiendo sobre ti, sobre no-sotros, pero hoy solo escucho la canción...y pienso en ti.



Recuerda que...yo sigo ahí, sin saber por qué...