martes, 21 de enero de 2014

¿Quieres?

¿Quieres arriesgar conmigo?¿Quieres que intentemos compartir una parte de estas vidas que llevamos? ¿Quieres que empecemos a conocernos nuevamente? Sin mentiras, sin secretos, sin pensar en nadie más que no seamos nosotros. Que volvamos a empezar, que gritemos al mundo entero que todo nos da igual, que queremos ser felices, que quizá nos estemos equivocando de camino e incluso de decisión, pero será nuestra decisión y si después tenemos que levantarnos porque nos hemos caído, ya nos levantaremos. 

Necesito gritar, correr, saltar...ser nuevamente yo. Demostrarte lo que siento, decirte lo que quiero, lo que me gustaría hacer, vivir, compartir...lo que sueño cada noche y lo que pienso cada día. Que me encantaría compartir mi vida contigo, tomar decisiones importantes a tu lado, que me des tu opinión y me digas que me estoy equivocando, pero que aún así me apoyas. Que quiero sentir tus manos al despertar, tu voz al llegar a casa o al buscar algo que no encuentro. Me muero de ganas por olerte al irme a dormir, que me abraces y me des la seguridad que necesito, la tranquilidad que me merezco...que quiero tenerte a mi lado. 

No quiero que creas que quiero controlar tu vida, que tan solo vivas conmigo, ni que dejes de lado tus amigos, tus aficiones, ni tus días de cervezas o lo que quieras, sólo quiero que los ratos en los que no tienes nada, los utilices para estar a mi lado y que los ratos que ya tienes ocupados con otras personas, esos quiero que tan sólo te apetezca compartirlos, aunque yo lo respetaré y no te haré de sombra. Sólo quiero que te apetezca contar conmigo, compartir conmigo la felicidad, los buenos momentos, los malos momentos, las discusiones, los problemas más importantes y aquellos que sean insignificantes...

Sé que para todo esto debería ser valiente, arriesgar, jugar e intentar ganar, pero aún no me atrevo...yo que siempre soy tan organizada en todo, a mi que tanto me gusta controlar lo que hago, ser sincera y directa. Que eso es lo que más me gusta de mi, que nunca me callo las cosas...pero contigo no sé que es lo que me pasa que me da miedo, quizás miedo a perder lo que ya no tengo, miedo a perder lo que ya perdí una vez. Miedo a no ganar nada...pero tengo mucho más miedo a que me digas que sí a todo y no saber afrontarlo. No sé a que tengo miedo...porque tengo miedo a todo. 

sábado, 18 de enero de 2014

El día que decida ser valiente.

El día que decida ser valiente, cogeré carrerilla, respiraré hondo varias veces para que las palabras salgan más rápidas y directas, estudiaré cada movimiento de mi cuerpo para acercarme a ti de frente, sin temblar, sin pensarlo...directa a tus ojos.

Ese día me prepararé toda la tila del mundo, para poder dormir después de hablarte, porque suceda lo que suceda, créeme que la necesitaré seguro. Es lo que tiene que tan sólo tu presencia me haga temblar hasta las pestañas, es lo que me pasa cuando me rozas, cuando me tocas...me derrito, y si me besas, me posees hasta tal punto que creo que podría hacer cualquier cosa que me propusiera en ese momento de éxtasis. Momento en el que se me para el tiempo y no existe nada que no seas tú, tu cuerpo, tu boca...todo acompañado con mi boca y mi cuerpo, que se enlaza con el tuyo.

Sé que estoy alargando la espera, el saber qué pasará, pero no quiero precipitarme, quiero ser consciente de lo que yo siento, si esto es sólo un capricho, un deseo...o es algo más, si quiero arriesgar para estar siempre a tu lado, aún sabiendo que puede que tú me des una negativa. Prefiero el riesgo por tu parte, que arriesgar sin estar segura, sin saber qué es lo que siento, lo que pienso o lo que quiero...porque tengo claro que no quiero que juegues conmigo, pero tampoco quiero jugar contigo...y mira que me propuse hacerte pasar todo lo que pasé, pero no puedo, creo que en la vida no se debe ser vengativo y mucho menos cruel, que cada cosa tiene su momento, cada persona evoluciona de una manera y nadie debe castigar a nadie por sus actos del pasado, y mucho menos a alguien que te importa, tan sólo por sentirme más fuerte frente a ti. 

Así que aquí estoy pensando, hablando conmigo misma, diciéndole a mi cabeza que hable con mi corazón y se aclaren de una vez, que mi cuerpo sé lo que me pide, sé lo que me dice, pero hay momentos en los que dudamos, nos tambaleamos y puede que hasta nos neguemos a sentir...no quiero precipitarme en decidir. Y aunque es cierto, que quizá la caída pueda ser demasiado grande esta vez, la asumiré con todas sus consecuencias, con todos sus pros y contras. Me estoy preparando para volver a levantarme, pero esta vez aunque sea por ti, la culpa es mia. Y si por el contrario, tu respuesta coincide con la mía, seré feliz, y también me tocará asumir las consecuencias frente a los demás, frente al mundo que no me entiende, frente a mis amigos, esos que no comparten que vuelvas a formar parte de mi vida, de mi historia...porque saben que me posees y que quizás, otra vez puedas hacerme daño...pero sé que aquellos que me quieren si caigo, estarán ahí para ayudarme a levantar, para reconstruir mis pedazos si hace falta, y también para decir que ya me lo advirtieron. 

Pero sabes una cosa, sólo voy a pensar en mi, en lo que yo quiero, en lo que a mi me importa e interesa, en aquello que quiero vivir y sentir. Y si me equivoco, ya rectificaré. 


*ese último momento, cuando no queda tiempo para decir siquiera: "te voy a echar de menos"

viernes, 17 de enero de 2014

Dos desconocidos.

Ellos se quieren como si no existiera nadie más en la vida, como si el uno fuese la mitad del otro, como el sol y la luna, como las nubes al cielo, que sin él no podrían estar. Se quieren tanto que no entienden lo que les pasa, se quieren y no hay más verdad que esa. Pero la vida no es fácil, se quieren es cierto, pero nunca a los ojos de la gente, siempre a solas. 

Ellos se quieren, de eso ninguno tiene dudas, pero no saben ser dos y uno a la vez. No saben estar juntos sin más y compartirlo con el resto del mundo, tan sólo han aprendido a estar solos a oscuras, sin nadie que pueda verlos, mirarlos y observarlos...y eso, les hace daño. Ellos no lo saben aún, pero hay cosas que deben decirse para poder realizarse, que no están haciendo nada malo y pueden ser felices, pero para eso...deben quererse sin miedo, mirándose a los ojos y de verdad. 

Es tan fácil hablar desde fuera, con otra perspectiva y dar consejos...es tan fácil decirles que arriesguen, que luchen por su felicidad, por su amor, decirles que todo irá bien, y que si no va bien es porque no debían ser. Pero sé que no es tan fácil ser valiente, asumir las consecuencias de ese amor, gritar a los cuatro vientos que se quieren y que nada ni nadie hará que eso cambie. Pero los dos saben que así no podrá funcionar nunca del todo, que seguirán siempre a medio gas, con medias ganas al estar juntos y con todas las ganas del mundo cuando estén separados. Porque la vida es así de curiosa y rara, es cierto que nosotros muchas veces la hacemos complicada, más de lo que deberíamos...pero nadie tiene el manual para vivir la vida, nadie tiene una técnica perfecta, nadie tiene la fórmula secreta para la felicidad plena con el amor de tu vida.

Así que creo que ellos se seguirán queriendo a escondidas, en secreto, a solas y en la oscuridad, sin que nadie los pueda ver ni observar, sin dejar la libertad de vivir, de compartir y de demostrarle al mundo que se quieren. Y la verdad, es una pena que vivan así un amor tan puro y sincero como el suyo, porque yo sé que se quieren desde hace tiempo, incluso antes de saber que se querían, yo lo vi en sus ojos.


Ellos se quieren, de eso no tengo duda...pero los he visto y se muestran tan fríos delante de la gente que es normal que luego a solas el fuego esté demasiado encendido y se quemen de más. A él se le parte el corazón al verla pasar y poder rozarla, ella se mantiene fría, distante...es como si nada de lo que sienten formara parte de ella. Ellos se quieren.

lunes, 13 de enero de 2014

365

Puede que esta entrada sea un poco cruel, es como celebrar la muerte de alguien que quieres; festejar la pérdida de aquello que tanto querías...pero hoy me siento triste y contenta. 

Me siento triste porque durante cinco años, jamás recordé exactamente qué día te besé por primera vez, intuíamos la fecha, pero no la recordaba exactamente, en cambio, hoy recuerdo perfectamente que justo hace un año que decidí dejarte, alejarme para siempre de ti, dejar de lado mi relación contigo para seguir mi camino completamente sola, o no, pero lo que tenía claro era que ya no quería seguir compartiendo mi vida contigo, no me gustaba la idea de que fuéramos más tú y yo. Ya no te imaginaba en mi futuro, la idea de formar una familia contigo me atormentaba, sólo pensarlo me dolía la barriga como cuando era pequeña y no quería comer. Me dolía el pecho como cuando sentía miedo a perderme, y lo peor, se me partía el alma en mil pedazos por estar fracasando otra vez, por sentir que después de luchar mil batallas por esa maldita relación, ganaba la última sin contar contigo. Descubrí que luchando sola, ganaba mucho más que en tu compañía; que ya nada más me ataría a ti ni a tu vida y mucho menos a tu entorno, ese que me intentó separar de ti tantas y tantas veces, ese mismo entorno me dió el empujón que me faltaba para romper cualquier lazo contigo. Agradéceselo a ellos siempre.

Por otro lado me siento feliz, porque ese mismo día que sentí todo ese dolor, empecé a sentir paz en mi interior, lloré toda la noche, saqué todo aquello que me ahogaba, me liberé del dolor, del malhumor, de las ganas de no llegar nunca a casa, de las ganas de salir corriendo sin mirar atrás, del miedo a seguir sintiéndome sola a tu lado cada noche. Quería volver a empezar, y si el precio era retroceder cuarenta pasos para coger carrerilla, lo haría y aprovecharía el trayecto para coger aire. 

Ahora ya ha pasado un año, un año en el que tú no has formado parte de mi vida, en el que yo no he querido seguir formando parte de la tuya, sé que dejé de quererte mucho antes de ese día, que no quería seguir a tu lado desde hacía meses, que seguramente me equivoqué en las formas, pero no puedo decirte más que lo siento, siento todo el daño que te hice, todo el dolor que causé...y aunque no quiero que esto suene a reproche, recuerda que todo eso que yo te hice sentir hace hoy un año, tú me lo hiciste sentir dos veces durante los cinco años de relación, y aún así yo volví a tu lado, seguía queriéndote y lo dí todo por compartir un poquito de vida contigo. Ahora me vuelvo a despedir, espero que la vida te trate como te mereces, que encuentres aquello que necesites y te haga feliz...pero tristemente, espero poder decir que yo no formaré más parte de tu vida, aunque no me atrevo a decirlo en voz muy alta, es lo que ahora mismo más deseo.

miércoles, 8 de enero de 2014

TE ODIO.

"Odiar es algo que nace de las cenizas de un amor, como el Ave Fénix, el cuál siempre lo vamos a llevar con nosotros, porque no podemos olvidar a quién odiamos, porque lo amamos."

Cuántas veces lo habré dicho y lo habré pensado, te odio. Lo decía con rabia, con rencor, con malos pensamientos, sin ganas de decir nada más que eso, te odio. Pero los dos sabemos que no fue así, nunca pude odiarte de verdad. Jamás conseguí olvidarte, desengancharme de ti, de tus labios, olvidar tu olor, tus ojos y tu sonrisa...no he sido capaz y por eso mismo, te odio. Te odio de la misma manera que la primera vez que empecé a odiarte, como si fueras el único hombre que existe en la tierra y aún así, no pudiéramos estar juntos. 

Y así te odio...


Después de escuchar una y mil veces esta canción, me he dado cuenta que es así como te odio. "Te odio como nadie en este mundo te odiará, te odio, como no se puede odiar a nadie más". Te odio así, porque realmente te quiero, porque te quise y te sigo queriéndo...por eso mismo, te odio. Me odio a mi misma, por no saber qué quiero contigo. Y cada vez que nos encontramos, al irte, te odio un poco más, en el momento que ya no te tengo y que creo que no voy a volver a tenerte a mi lado, es entonces cuando mi odio aparece y se apodera de mi, como si no hubiera nada más.

Quisiera ser más valiente, hacer caso de mis propios consejos y lanzarme a la piscina, sin miedo a que no quede agua, sin miedo a ahogarme por lo llena que me la pueda encontrar, porque el miedo no lleva a ninguna parte, pero se apodera de mi y me devuelve el odio hacia ti. Así que después de tantos años, días, horas, minutos y segundo...después de todo, no sé muy bien lo que me pasa. O quizás, tengo tanto miedo a ser sincera conmigo misma y con los demás que me protejo tras el odio. Pero no quiero quedarme con las ganas, otra vez, de saber si tú y yo podemos ser algo más que nada. 




Me encantaría despedirme de ti de otra manera, pero no puedo...te odio.

lunes, 6 de enero de 2014

Día de Reyes.

Recuerdo cuánta ilusión me hacía despertar en un día como hoy, ilusión que aún haciéndome mayor seguía teniendo...pero eso cambió hace ya dos años. Perdí esas ganas de irme a dormir pronto, de esconder los regalos, de despertarme temprano para rebuscar por toda la casa y encontrar algún regalo, algún detalle...y creo que no debería ser así. La ilusión no debería perderse nunca. Las ganas de sorprender a nadie, de sorprenderte a ti mismo, eso NUNCA deberíamos dejar perderlo. Así que este año, aunque no tenía nada que buscar por casa, ninguna sorpresa que recibir y poca sorpresa que dar...he decidido que es el último año que celebro así un día tan especial y mágico. A partir de ahora, siempre lo celebraré y lo disfrutaré como cuando tenía cinco años, cuando me iba a dormir nerviosa, con esa risilla que no dejaba a mis padres tranquilos, ni mucho menos a mi hermano. 

Pienso retomarlo por mi, por lo que pueda venir, por lo que pueda pasar...porque creo que la ilusión es de las pocas cosas que debemos conservar siempre y que no importa la edad. Que los Reyes son magos y siempre habrá quien se acuerde de ti, quien te quiera dedicar ni que sea una sonrisa, un guiño...un momento, ni que sea un sólo segundo. Que quizás en un día como hoy solo esperamos regalos materiales, pero debemos ser capaces de valorar todo aquello no material que nos ofrece nuestro alrededor...yo hoy he recibido algo muy importante: cariño, palabras bonitas, risas, bromas...todo esto de forma gratuita, sin ni siquiera pedirlo. Creo que estas pequeñas cosas son mucho más importantes que un regalo material, así que gracias a esas personas que hacéis posible que cada día tenga sorpresas y regalos, porque sinceramente creo que no hay mejor regalo que tener al lado personas que te quieren tal como eres. Personas que da igual a la hora que les llames o les cuentes tus problemas, tus inquietudes, tus alegrías...SIEMPRE están ahí. 

Así que hoy, aunque no haya tenido ningún regalo para abrir en casa, nada que rebuscar para encontrar por sorpresa...quiero agradecer a esas personas que día a día hacen que mi vida sea un poquito más especial, más feliz, menos amarga...Y si aún estoy a tiempo de pedirles algo a los resyes (no os volveré a pedir a esa persona envuelta en una caja grande, porque ya he visto que no habéis podido traerla), os pido que cuidéis de todos aquellos que me importan, todos aquellos que lo merecen, y merecen ser un poquito más felices a diario. Os pido también que cuidéis de ellas, lo necesitan y yo a ellas a mi lado... Creo que he sido buena, y tampoco pido tantas cosas. 

Gracias por adelantado. 


jueves, 2 de enero de 2014

Aprende a dar las gracias.

De pequeño siempre nos enseñan que debemos dar las gracias, pedir las cosas por favor, ser educado, respetuoso, pedir perdón...pero con el paso de los años se nos olvidan ciertos detalles, pero en cambio, se los seguimos exigiendo a los más pequeños.

En el 2013 me he reencontrado a mi misma, he vuelto a descubrirme. He descubierto cosas nuevas de mi, he dejado de lado cosas que no me gustaban, he aceptado nuevos aprendizajes y he vuelto a dar las GRACIAS, a decir TE QUIERO, y he vuelto a ser YO, sin pensar en nadie más...algo que perdí durante un período de tiempo y que tanto echaba de menos.

Me he dado cuenta que hay cosas que no soportaba y que hoy no sabría vivir sin ellas, que no soporto ciertas cosas que antes creía que me gustaban...

*Me gusta...
que me besen en el cuello de repente.
las bromas más tontas que siempre me hacen reír, aunque la repitan mil veces.
no tener horarios para nada que no sea necesario.
salir a pasear sin ningún otro objetivo.
romper con la rutina.
que me llamen a deshoras para hacer cualquier cosa.
pasarme la noche hablando por whatsapp con alguien importante, aunque no digamos nada serio.
ver partidos de futbol, y más si son en el campo.
probar la comida que siempre digo que no me gusta.
dar dos besos y un abrazo a la gente quiero.
pedir que me abracen para dormir, porque me siento más segura.
que me miren a los ojos y me pongan caras.
ducharme sola.
que me pregunten si estoy bien solo porque no sonrío sin más.

*No me gusta...
que me pidan besos en vez de dármelos, sin más.
escuchar el silencio mientras comparto mesa con alguien.
que me pidan la comida en los restaurantes para ir más rápido.
ver en la tele algo que no me apetece.
irme a dormir sólo porque al día siguiente toque madrugar.
salir cuando toca sin improvisar.
que ordenen mis cosas.
que no entiendan que hay cosas muy simples que me dan vida.
que me quiten la canción que estoy cantando.
que no entiendan que me gusta mi orden.


Pero aunque haya descubierto o redescubierto todas estas cosas nuevas, sé que me siguen gustando cosas tan simples como dar las gracias, pedir perdón, dar besos sin motivos, pensar y decir lo que pienso y que la otra persona no se moleste, poder hablar sin miedo a nada, ser yo misma y reirme de mis defectos.

Este 2014 lo empiezo feliz de tener a los de siempre, a los que nunca se fueron y a los que han regresado...con ganas de seguir redescubriéndome y dejándome llevar por lo que siento.





*hay que ser valiente, arriesgar y arrepentirse si es necesario*