lunes, 11 de agosto de 2014

Sin saber por qué...

Es verdad que muchas veces decimos eso de "esta canción me recuerda a ese momento de mi vida", y es totalmente cierto, que hay canciones, paisajes, olores...que nos recuerdan a ciertos momentos de nuestro pasado, a ciertas personas de nuestra vida. Pues eso es lo que me sucede con la nueva canción de Vanesa Martín "Sin saber por qué", me recuerda tanto a ti, a mi, a nosotros. 

¡Qué curiosa la vida! Siempre he encontrado una canción para describir nuestras historias que tanto se interrumpen, que tantas y tantas veces dejamos para volver a retomar, de mejor o peor manera, pero siempre sin saber por qué...

Parece que todos lo ven y yo sigo ahí, 
sin saber por qué...
excusándote, excusándome...
y yo sigo ahí, sin saber por qué...
sin tener por que.

Mis amigos ya no se sorprenden de nada cuando les cuento que te he vuelto a ver, que hemos vuelto a quedar y que ha sido tan bonito como siempre, o incluso mejor que la última vez. Siempre es mejor. Aunque también es verdad, que cuando les digo que hemos vuelto a discutir y que nos hemos dicho de todo lo malo, lo peor. En ese momento, ellos tampoco se sorprenden. Ya saben como es nuestra peculiar relación, que eso del amor-odio entre dos personas, existe, y somos nosotros. Nosotros que somos capaces de sacar lo mejor del otro, ese lado más humano, el más tierno, el más bonito...pero que al mismo tiempo, somos capaces de sacar de lo malo, lo peor. Toda la rabia, todo el mal humor, todo eso que nunca serías capaz de decirle a nadie, tú y yo, somos capaces de decírnoslo el uno al otro, mirándonos a los ojos y diciendo que esa será la última vez que nos volveremos a ver. Pero sabemos que no es cierto. 

Recuerdo el último día que eso nos sucedió, te eché de mi casa, de mi cama, de mi vida...te repetí una y mil veces, que te odiaba, que eras la peor persona que nunca había conocido y que no volveríamos a hablar nunca más. Sabes que no lo sentía, pero en ese momento sólo me dijiste: "no me digas eso mirándome, porque puedo sentir tu odio y no me gusta". Aún así, aguanté con mi orgullo, mi soberbia, mi prepotencia. Quería demostrarte que no eras tan importante en mi vida como tú creías...me estaba engañando a mi, y te estaba haciendo daño a ti. 

Después de eso, nos volvimos a hablar al día siguiente, como si nada. Volvimos a tener nuestras conversaciones de cuanto hemos cambiado, aunque la esencia es la misma. Fuiste uno de los primeros en felicitarme por mi cumpleaños con una de esas frases que tan poco me gustan si me las dice cualquiera, pero que me saca una sonrisa tonta y enorme si me lo dices tú. Y otra vez, todo vuelve a empezar: los mensajes a media noche; los comentarios absurdos; el recordatorio que tenemos que quedar; las conversaciones sobre nuestros trabajos; las vacaciones que nos gustaría hacer juntos; las novedades que debemos contarnos en persona. Tantas cosas que sin saber por qué...hacemos a medias. 

Podría pasarme días, semanas, meses, años...escribiendo sobre ti, sobre no-sotros, pero hoy solo escucho la canción...y pienso en ti.



Recuerda que...yo sigo ahí, sin saber por qué...


No hay comentarios:

Publicar un comentario