viernes, 25 de octubre de 2013

Sencillamente

Nos conocimos por casualidad, sin saber lo que podría suceder, nos cruzamos por primera vez casi sin mirarnos, sin ser nadie el uno para el otro, pero en cambio, soy capaz de recordar ese día, ese momento, la ropa que llevaba puesta e incluso lo que iba a hacer aquella tarde de verano, ese verano que seguramente sería el inicio de mi historia contigo. Y fíjate que no digo "nuestra historia", sencillamente porque no puedo decirlo, nunca fuimos nosotros.

Con el paso del tiempo nos fuimos conociendo. Poco a poco nos hicimos importantes el uno para el otro, pero de diferente manera, y eso fue lo que seguramente nos hizo daño. No podíamos estar sin vernos, sin tocarnos, sin besarnos; pero al mismo tiempo no debíamos seguir viéndonos, tocándonos, besándonos...no podíamos seguir conociéndonos de esa manera, ya que cada uno tenía su vida, yo sola, contigo;tú acompañado, y conmigo. Sabíamos que aquella historia llegaría a un trágico final, pero seguimos a contracorriente hacia el fin...cuando eso sucedió, simplemente nos odiamos, nos olvidamos. O eso fue lo que los dos pensamos que estaba pasando.

Así que nos despedimos, sin decirnos ni una sola palabra de cariño, ni de agradecimiento, ni siquiera de respeto, todo acabó aquella noche donde los dos compartimos la luna. 


Cada uno siguió por su lado, ya no éramos nadie el uno para el otro, ya ni siquiera existían recuerdos de todo aquello que sucedió, nos odiábamos (o eso decíamos), éramos incapaces de hablarnos, de mirarnos... Pero el tiempo, nos ha vuelto a encontrar.

Seguramente ya no queda nada de aquellos que fuimos, aquellos que de tanto quererse se odiaban, aquellos que aún sabiendo que dolía verse no eran capaces de cerrar los ojos. Ahora somos dos desconocidos con recuerdos en común, dos desconocidos que ya se conocen, dos desconocidos con ganas de volver a sentirse...y así por primera vez nos fundimos en uno.

No hay comentarios:

Publicar un comentario